En los últimos meses del año pasado, parecía que palabras como "esperanza" o "recuperación" trataban de hacerse paso en una sociedad en la que, desde hace unos años, otras como "crisis", "recortes" o "desempleo" habían copado todas las conversaciones. Ahora, en 2016, el escenario se mantiene, y aunque lejos aún de los niveles previos a la crisis, parece que hay luz al final del túnel.
El sector de la restauración actúa como un espejo que refleja, en gran medida, la "salud" de la economía en general y la familiar en particular. Si las rentas incrementan, aumentan también las salidas de la gente a la hora de comer fuera de casa, lo que implica mayores beneficios para los hosteleros y dinamiza la economía. El denominado "Out Of Home" o como hemos dicho antes, las "comidas fuera de casa" se está recuperando, especialmente en nuestro país, que junto con Gran Bretaña y Alemania lidera el ranking de crecimiento de visitas a restaurantes. Paralelamente al incremento de las visitas, el valor medio del gasto que hace cada cliente en su compra ha aumentado también un 1,4%, algo que no sucedía desde hace siete años.
Además ahora, el cliente busca cada vez más calidad por encima de precio, apostando por productos más exclusivos y saludables, que se adapten a los nuevos ritmos de vida urbanos, con alimentos disponibles en cualquier momento y lugar, y que supongan una satisfacción instantánea sin merma de calidad. Así ha nacido otra de las tendencias que se está abriendo paso con fuerza en el mercado, la comida "Healthy". Ha aumentado la preocupación del cliente porque esta sea fresca, natural e incluso ecológica. Ya no vale cualquier producto, la atención a las materias primas es fundamental. Otra de las tendencias que prima para este 2016 es la apuesta por los productos y sabores característicos de otros países junto con la llamada cocina de Km O, que busca que los productos empleados sean locales, reduciendo así la distancia entre la cocina y el lugar de origen de estos.
Pero esto no es todo, se ha hecho fundamental adaptarse a las necesidades y demandas del consumidor, que exige cada vez más comer en cualquier momento y en cualquier lugar. Esta realidad ha impulsado aún más si cabe los conceptos "take away" y el "delivery", o lo que es lo mismo, la comida para llevar y por encargo. Además, el nuevo consumidor es tecnológico, y para llegar a él, es imprescindible hacer de la tecnología un aliado. Las apps móviles son un claro ejemplo, habiéndose convertido en una gran herramienta en el objetivo de hacer al cliente la vida más fácil.
Sin embargo, no todo se reduce al consumidor. En un mercado tan amplio y atomizado como la restauración, las alianzas y partners han dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad si se quiere llegar a ser competitivo. Es aquí donde entran en juego la restauración organizada y en concreto las franquicias, que se han convertido en el principal dinamizador del sector. En 2015, de hecho, la restauración fue el sector que más creció en franquicia. De aquí en adelante, podremos observar en nuestro país, una clara tendencia al crecimiento, a la implantación de cadenas de franquicia con modelos de éxito en otros países y a la aparición de otras surgidas al amparo de las nuevas tendencias.
En definitiva, el consumidor ya no quiere limitarse a comer fuera, busca vivir una auténtica experiencia de consumo ajustada a sus necesidades, que le aporten un momento único y memorable. Cobran protagonismo elementos que antes se dejaban en segundo plano, como los espacios y la decoración; innovar y ofrecerle al cliente algo único que no vaya a encontrar en otro lugar. Esta atención al público, en la que el cliente se convierte en el protagonista, es lo que hace que se decanten por ti por encima de otros, que te recomiende y que quiera volver.
Trabajar para ofrecer ese valor diferencial que te distinga, adaptándose a un sector tan complejo y cambiante como el de la restauración es fundamental. La crisis marcó un punto de inflexión en nuestro sector y ahora, más que nunca, estamos asistiendo a una auténtica transformación a la que es imprescindible ir un paso por delante para sobrevivir.
